jueves, 10 de septiembre de 2015

The Difference...~


En la entrada de este mes, me gustaría permitirme un pequeño lujo, explicar con mis palabras qué ronda por las mentes de dos OC´s (Original Characters) muy importantes para mí.
Con el paso del tiempo, me he ido dando cuenta de que todos evolucionamos, como es natural. Por unas circunstancias u otras, nos vemos obligados a perseguir una meta, cambiar el rumbo de nuestro camino o tratar de aprender a conocer el mundo cuando creíamos saberlo todo.  Sin embargo, aunque todavía se conserven el buen carácter y las formas de antaño, en la mayoría de las  ocasiones hay individuos que cambian su forma de pensar e interpretar la vida tal como les rodea. Algunos consiguen ver mas allá de las apariencias, desenvuelven las capas de una reforzada corteza que se ha ido formando con el paso de los años, llegando a conocer de verdad cómo es una persona en el fondo. Para mí, esto es un trabajo que abarca años y en contadas ocasiones meses. 
Dejadme que os ponga un ejemplo sencillo. He conocido personas que por determinadas circunstancias, se han forzado así mismas a ser calladas, introvertidas, tímidas, dar una imagen forzada y equívoca al resto... extrañas a ojos de los demás. 
Si yo no hubiera llegado a saludar nunca a una persona con estas características, habría sido una chica muy diferente en todos los aspectos. No habría aprendido a valorar la suerte que uno siente tener cuando conoce el interior de una persona, algo que pocos llegan a alcanzar.
Hace tiempo, un libro me mostró el mensaje en clave de fantasía que marcaría mis ideales y manera de pensar hasta hoy:

"Aprender a ver la belleza que todos custodiamos, donde los demás solo critican imperfecciones superficiales".

(Esta frase no se plasma en el libro, pero de igual manera, más de la mitad me habrá pillado y sabrá que hace referencia a El Corazón de Arlene ). 

Después de esta reflexión, si todavía no me habéis abandonado os dejo con las fotos que hice el otro día, en las que Zaphine y Skye nos dejan por un momento ser partícipes de lo que se les pasa por la mente ~ 





Zaphine es un niño que siempre sonríe, finge estar dándolo todo siendo el más extrovertido y despreocupado con los que le rodean, indicando ser muy decidido y tenerlo todo bajo control, es muy avispado y capta las situaciones difíciles con facilidad, pero no siempre da a entender sus argumentos. 



Rehuye sus problemas y no los acepta jamás. Dice no creer en el amor y lo critica de popular invención por las personas estúpidas dotadas de poca cabeza. Casi nadie sabe que Zaphine lo dio todo por amor y fracasó en un destino fatal. Cuando creía haberlo hecho todo por rectificar ese camino, la persona que se apalancaba en su mente, murió. No quiso que nadie notara esa tristeza, pensó que los demás verían inadecuada su mala actitud y fingió ser el más alegre de todos, hasta que un día, se lo acabó creyendo.








Por otro lado, Skye es todo lo contrario a Zaphine. Finge ser una persona desagradable y odiosa, cuando en el fondo es al revés. Era prácticamente imposible que pudiera volver a vivir, o crear una falsa ilusión de cómo era la vida. Acabó aborreciendo el contacto humano, luego lo echó en falta más que nunca, y finalmente fingió repugnancia por él cuando necesitaba de todo el cariño posible. 











Tras mucho tiempo en convivencia, es extraño observar que de repente cambia su carácter, y pasa de ser un bicho malo a una persona... muda. Apenas habla, es tranquilo y en ocasiones risueño, no le gusta alzar la voz y en contadas ocasiones, es él quien busca el contacto físico con los demás.






Cuando estos dos personajes intercambiaron miradas, ambos se dieron cuenta al momento de que lo que estaban viendo era pura fachada. Ninguno era lo que aparentaba ser. Era absurdo, porque los dos se seguían resistiendo, ya que son muy orgullosos y cabezones.
Una vez se admitieron a sí mismos; cosa que pocas personas saben hacer, se convirtieron en dos individuos inseparables, uno era el aliento que necesitaba el otro y a la inversa. 
Zaphine siempre sintió vergüenza por la palidez de sus pupilas y su condición de centauro. Hasta que no se aceptó, usaba lentillas y creó un conjuro para que lo vieran como a un niño normal (esto último es irremediable que lo siga cumpliendo en la calle).
Skye está super acomplejado por su altura y las cicatrices que tiene. Al igual que Zaphine, hasta que no se aceptó, usaba plataformas hasta en su casa, se tapaba las cicatrices con maquillaje y cuando le veían alguna de las dos se iba sin decir media palabra, poniéndose rojo como un tomate.



Con esta entrada, sólo quiero hacer ver a la gente que por una crítica superficial, igual se están perdiendo conocer a personas que realmente valen la pena, y que si tienes uno o varios defectos, no trates de rechazarlos, acéptalos y piensa que; como interpretó Victoria Francés:




"En la diferencia reside la auténtica belleza"

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